DESPIDÁMONOS
Despidámonos...
de los padres que creemos ya no necesitar, y cuidemos de nosotros mismos haciéndonos responsables de nuestra vida.
Despidámonos...
de los hijos que dicen ya no necesitarnos y dejémosles ser libres.
Despidámonos...
de lo bueno que vivimos, sin apegarnos al tiempo que pasó, por temor del presente o del futuro.
Despidámonos...
de lo malo que sufrimos, sin atarnos al ayer, reclamando lo que no es posible.
Despidámonos...
del mal que cometimos, sin atarnos con culpas y reproches, perdonándonos a nosotros mismos.
Despidámonos...
de las ofensas que nos hicieron, sin esclavizarnos en la prisión del rencor y la amargura.
Despidámonos...
de los que , muriendo, partieron; para que dejemos de esperar su regreso, y más bien recorramos nuestro camino en la esperanza de encontrarnos con ellos.
Despidámonos...
Dejemos correr el río de la vida , llevándose las aguas que estamos viendo, para que discurran ante nuestros ojos las aguas que aún no hemos visto.
René Juan Trossero