FLORES DE MANZANILLA
¡Qué maravilla era eso! Todo un barrio nuevo.
Y por el recién trazado camino una lozanía
de flores blancas-amarillas , flores de manzanilla.
Florecían y continuaban floreciendo, “Mira”, dije
a mi amigo. “Aquí vive gente, gente que a veces
tiene dolor de cabeza, a veces dolor de
estómago, náuseas y otras dolencias. Dios deja
crecer aquí delante de sus puertas la curación, y
ellos no lo ven. Van a la farmacia y compran
pastillas y pomadas. Ellos pagan”
Al día siguiente vino un hombre con un depósito
de veneno en su espalda. Había sido enviado por
el Ayuntamiento para “limpiar “los bordes de las
calles. Las flores de manzanilla lloraban y se
morían. Eran las malas hierbas según los
ciudadanos y nadie había descubierto en las
flores un milagro de amor.
Phil Bosmans